domingo, 26 de enero de 2014

INFERTILIDAD: el ciclo menstrual

Tener un hijo no es algo tan fácil como muchas veces tendemos a pensar, de hecho es un proceso biológico complicado para nuestro organismo, del que dependen muchos fatores para lograr el éxito. Por eso es interesante conocer los factores fisiológicos que están implicados en estre proceso.

CICLO MENSTRUAL: se trata de un proceso biológico que se da de forma periódica durante la vida fértil de una mujer, generalmente va desde los 14 a los 47 años aunque es diferente según cada mujer. Durante esta etapa el cuerpo activa las hormonas sexuales que nos preparan para que se de un embarazo.
El día uno de nuestro ciclo es el día que viene el periodo y termina el día anterior a la siguiente menstruación. A lo largo de nuestra vida tenemos unos 500 ciclos menstruales que duran como media unos 25 a 35 días.


El ciclo menstrual está compuesto por diversas fases:
+FASE HEMORRÁGICA: en la que aparece el sangrado menstrual.
El sangrado menstrual está formado por sangre y por tejido de la capa externa del endometrio (el endometrio es la membrana que recubre el interior del útero.
En esta fase perdemos aproximadamente 125 ml de sangre.

+FASE FOLICULAR: se dan altas concentraciones de estrógenos.
Se trata de una fase preovulatoria. Dentro de los ovarios se encuentran los folículos (conjunto de células que contienen los óvulos, y que producen los estrógenos. Los folículos crecen gracias a la hormona FSH que se produce en la hipófisis.

+FASE OVULATORIA: aparece el pico de hormona luteinizante y el folículo estimulante (LH) lo cual provoca la ovulación.
El óvulo maduro abandona el folículo y se dirige a la cavidad perineal iniciando su viaje hacia el útero.
Es en esta fase donde se producen los típicos dolores de la menstruación. Aquellos por los que nos encanta ser mujer.

+FASE LÚTEA: las concentraciones altas de progesterona preparan nuestro organismo para una posible implantación.


El ciclo menstrual es lo que nos define como mujeres y lo que nos capacita para ser madres, aunque odiamos esos días...

Ademàs esos días en nostras suceden cosas muy curiosas, cuando estamos en la etapa de ovulación y es el momento de mayor fertilidad preferimos a los "chicos malos" y esto tiene una explicación genética que explica que biol´goicamente nos gustan más aquellos hombres con características más masculinas que dan seguridad y que implican una mayor compatibilidad y genes mejores para reproducirnos.
Cuando estábamos en las cavernas era mucho más interesante un hombre que nos pudiera defender de un mamut para nuestra supervivencia que uno que nos leyera poesía y nos tragera florecitas.

Los días en que estamos ovulando también tendemos más a comprar ropa más sexi, es una forma de "atraer" inconscientemente al macho alfa para procrear.

Además hay estudios de consumo que llegan a la conclusión de que antes de tener el período tendemos a gastar más, y lo explican diciendo que el impulso de comprar aumenta para lidiar con los síntomas premenstruales.

Además en los momentos de mayor fertilidad tendemos a estar más interesadas por los hombres que a su vez se sienten más atraídos por la mujer ya que está en plena fase de reproducción.
Un estudio que se hizo en una Universidad Norteamericana también demostro enseñando fotos de homosexuales y heterosexuales a mujeres en la fase de ovulación que tenían mayor capacidad para identificar quien era homosexual y quien hetereosexual.

Ahora tenemos diferentes alternativas higiénicas para esos días, pero en el pasado las Egipcias usaban papiros suavizados, en la antigua Grecia hilo envuelto en madera, en Japón papel...

En muchas culturas se considera un período impuro donde la mujer se siente avergonzada y no puede hablar ni relacionarse con hombres, en algunas tribus indigénas incluso se las aparta.






jueves, 23 de enero de 2014

NO GRITARÁS

Hace tiempo empezó a correr por la blogosfera maternal el llamado reto del “Rinoceronte Naranja” muchas bloggers empezaron a seguirlo viendo en este reto la forma de evitar gritar a sus hijos.

Y es que esto de desquiciarnos y chillar como locas debe ser más común de lo normal, yo pensaba que era la única que pierde la paciencia muy a menudo y resulta que perder la paciencia y ser madres va unido. No digo que todas gritemos o perdamos los nervios, sino que no es tan raro y que por muy mal que nos sintamos suele ser un hecho habitual (esto no significa que esté bien)

Ser padres es posiblemente una de las tareas más difíciles que uno pueda plantearse, es un reto del cual a largo plazo verás los resultados, es lógico que nos sintamos frustrados y saturados, sobretodo en casos es que nos dedicamos a la maternidad en exclusiva.
El problema está cuando pasamos de estar saturados de forma puntual a estarlo de forma continua y empezamos a perder los modos y las formas y convertimos los gritos en algo habitual, los niños aprenden a normalizar esos gritos y posiblemente de adultos repitan ese patrón de conducta.

Normalmente cuando gritamos estamos expresando un sentimiento que nos agobia y cuyo detonante es una actitud del niño que se nos antoja reprochable. Es decir muchas veces hacemos pagar a los niños por problemas de los adultos por ejemplo frustración por ausencia de empleo o exceso de trabajo, problemas familiares o incluso con la pareja etc.

Yo reconozco que este mes y medio a finales del año pasado que me quedé sola con Repollete y Princesita abusé del grito y de la desesperación en muchas ocasiones, y reconozco también que fueron muchas las veces que me metí en el baño a intentar calmarme antes de estrangular a alguien. Yo sola con los dos niños era agotador, y más cuando la mayoría de las veces uno reforzaba al otro en sus malas conductas.
Más de una vez mi paciencia se fue y pagué cosas que no venían a cuento con ellos en lugar de respirar hondo y darme cuenta de que ellos no tienen la culpa de absolutamente nada.
Qué se supone que yo soy la persona adulta y que soy la que tiene estrategias de sobra para controlar una rabieta o evitar que dos niños se peguen, pero cuando te pasas toda la tarde escuchando llorar a tu hija por cualquier tontería, dar patadas a la puerta y tirar la comida esa racionalidad de ser adulto desaparece y aparece en escena tu peor cara.
Y ahora recuerdo algunas cosas y me avergüenzo…
Mi hija es muy desafiante, mucho, y es capaz de hacer que Repollete haga lo que ella quiera y además dejarlo como culpable de cualquier fechoría. Ahora he ido descubriendo que lo mejor con ella es sentarla e intentar razonar y explicarle las cosas… pero a veces para llegar a ese punto de razonamiento la tengo que escuchar llorar 2 horas seguidas.

Por mi parte reconozco que tengo temperamento, y que a veces me cuesta mucho morderme la lengua, poco a poco según me he convertido en adulta he ido superando esto.
Con los hijos tenemos que asumir que son nuestra obligación y que a ellos les importa un pimiento si estamos cansados o enfadados o lo que sea, ellos necesitan nuestra atención todos los días y todas las horas del día.

Llegar a esta conclusión puede parecer fácil, pero en ocasiones no lo es tanto, justo la semana antes de que Papimelli regresara de Lejano País yo estaba enferma… un virus o algo hizo que yo fuera medio arrastrada por casa, y como mi abuela estaba ingresada no quise llamar a mi madre, asique me enfrenté todas las tardes a mis dos fieras yo sola.
Algunos días era capaz de jugar con ellos manteniendo el tipo aunque la cabeza me fuera a estallar y otros simplemente me tiraba en el sofá deseando que no me dieran mucho la lata.
Desear que tus hijos no te den la lata puede parecer un mal pensamiento, pero tenemos que reconocer que en algunos momentos es así de real.

Como os comentaba este mes y medio sola con ellos descubrí cosas de mi que me hicieron sentir muy incómoda, el hecho de gritarles más de lo deseable fue una de ellas, al final empecé a notar cuando empezaba a irritarme de más, me iba al baño, cerraba la puerta e intentaba tranquilizarme para luego tomarme todo de mejor humor.
Y por las mañanas sabiendo que la tarde sería larga y estresante con dos fieras deseosas de desfogar yo me iba a andar una hora… aquello me relajaba y me dejaba de mejor humor para afrontar la tarde.

Como mi Princesita pasó esas semanas muy frustrada “Ser Educadora” me recomendó usar un panel de sentimientos para que la niña verbalizara que cosas le preocupaban o que hacía que ella se comportara como un pequeño diablillo.
Hice algo parecido… por las noches antes de acostarlos me sentaba con ellos en la habitación y hablábamos sobre lo que habíamos hecho durante el día, que cosas nos ponían contentos y que cosas tristes. Logré que ella verbalizara que echaba de menos a su papá y yo les hice entender que a mamá le ponía triste que no obedecieran y que se enfadaba si no se cumplían las normas.

El problema para ellos (e imagino que para todos los niños de este planeta) es que cuanto más cansados están peor se portan, es llegar su hora de irse a la cama y les da un subidón, comenzando a hacer todo tipo de cosas que en estado normal no hacen.
Y cuando esto ocurre a las 8 de la tarde una no tiene la misma paciencia que a las 8 de la mañana.

Por mi parte creo que una de las cosas que mejor me va para estar más relajada es contar con el apoyo de Papimelli, los días que por lo que sea él no está yo estoy más tensa y soy más propensa a levantar la voz... tenerlo al lado sirve para calmarte ante un desafío o rabieta de uno de los niños.
También reconozco que el hecho de que sean dos complica las cosas porque se suelen reforzar en lo negativo, por eso he aprendido algo útil "divide y vencerás", cuando por ejemplo a la hora de la cena uno pica al otro quitándole el plato, levantándose o jugando con la comida simplemente lo saco de la cocina y me quedo con el otro... el que es expulsado al pasillo pide volver y asegura que se portará bien, y el que se ha quedado en la cocina baja la cabeza y se pone a comer ante el "temor" a ser el próximo en salir de la cocina.
Eso me funciona... y también prestarles mayor atención por separado... esto para ser posible necesito que en casa esté el padre de las criaturas.

Todo este rollo para deciros que creo que mi único objetivo para este año es intentar ser más paciente y menos gritona, porque cada vez me parezco más a mi vecina de arriba a la cual llevo 8 años escuchando horrorizada como vocea a la menor... Yo no quiero ser así. No quiero educar a mis hijos con gritos y voy a intentar corregirlo.

miércoles, 22 de enero de 2014

LA ELECCIÓN DE UN NOMBRE PARA TODA LA VIDA

Cuando Papimelli y yo éramos jóvenes e inocentes fantaseabamos con los nombres que les pondríamos a nuestros futuros hijos, y lo teníamos claro y liviano hasta que esta que os escribe se quedó embarazada y su único antojo fué el nombre de su hija.
Papimelli me escuchó horrorizado al otro lado del teléfono cuando le comuniqué como se llamaría nuestra futura hija y dándole sugerencias de como se llamaría el otro pasajer@.
En aquel momento sus compañeras de trabajo en Lejano País empezaron a darle sugerencias de nombres para hacerme cambiar de opinión, pero no lo lograron. Además se cumplió mi sentencia inicial: "En cuanto te lo repita varias veces ya verás como te gusta", y sí, le gustó. Princesita no podría llamarse de otra forma.

Cuando le contamos a mis suegros que yo estaba embarazada (entonces de 4 meses) antes ni siquiera de preguntarme que tal estaba me preguntaron "¿y como le vaís a llamar?" y claro teníamos pensado uno, pero solo uno.


En muchas familias existe o existía la costumbre de poner el mismo nombre a padres, hijos y nietos... en la mía no. En mi familia tanto paterna como materna cada uno goza de su propio nombre en exclusiva.
La familia de Papimelli se limita a tres personas y por tanto tampoco existía esa costumbre de poner un nombre a varios miembros.
Además teníamos claro aquello de no llamarlo ni como su padre ni como yo.
El INE tiene registrados 25.442 nombres de hombres y 24.494 de mujeres aunque según las estadísticas solo hay 150 que son usados con mayor frecuencia.

Los nombres de antes algunos pasaron a formar parte del olvido y otros se están recuperando gracias a series y películas, en clase de Repollete y Princesita hay un Alonso, un Rodrigo, un Hernán y Gonzalo (¿Aguila Roja?)y con los de niñas pasa un poco igual.
En Ciudad Donde Vivo abundan las Vega, hasta tal punto que hay 3 en la clase de al lado. En el parque de abajo donde juegan mis peques tienen 4 amigas de la misma edad llamadas Alba. Pero aún recuerdo en la puerta de la Guardería cuando dos mamás embarazadas dijeron que sus niñas se llamarían Noa y una tercera mami reciente dijo: "si como mi peque"

En los últimos años de chico según el Ine ocupaban los primeros puestos Alejandro y Daniel (en el aula de la guardería de mis peques había 4 Daniel) y de niñas: Lucía, Paula, María y Sara.

Tengo una amiga que tras años de tratamientos de fertilidad tuvo hace unos días a su pequeña, cuando nos dijo que se llamaría Matilde nos quedamos un poco asombrados hasta que nos contó el origen: era el nombre de su tía fallecida hacía un mes y que nació justo el día que la niña. Me pareció un bonito homenaje aunque el nombre no termina de encajarme la verdad.

Pues finalmente mi Princesita se quedó con el nombre que a mi me gustaba y dejé a Papimelli que se decidiera en la elección del nombre del niño...
Y esto supuso una crisis familiar cuando Papimelli dijo que se llamaría Iker y su padre y su hermano se echaron las manos a la cabeza porque ese era el nombre del portero del equipo de futbol rival... a mi no se me habría ocurrido pensar esa chorrada, pero si le advertí a Papimelli que dado que España justo ese año había ganado el mundial posiblemente abundarían los Iker. Asique finalmente Repollete no tuvo ese nombre...
Y el nombre de Repollete lo decidimos en el último momento, tras las continuas presiones de todo el mundo alrededor pregutnando ¿como se llamará el niño? ¿estáis seguros de ponerle ese nombre a la niña?

Repollete tiene un nombre poco usual, como él... de hecho hasta ahora solo he conocido a otro niño llamado igual que era un bebé y a un chico algo mayor que juega abajo en el parque... aunque tengo que comentar que el perro de mi vecino se llama igual jajaja.
El nombre de mi Princesita ha repuntado en los últimos años y hay más niñas llamadas así, aunque nosotros de momento no hemos coincidido con ninguna, pero haberlas las hay.

martes, 21 de enero de 2014

UN REPOLLETE, UNA PRINCESITA, SALIR DE NOCHE Y MIEDOS INFANTILES

Salir de noche es algo que precisamente me robó la maternidad… ya no recuerdo la última vez que volví a casa de madrugada, y la verdad tampoco me importa.
Antes de ser madre tenía claro que siendo dos los que venían en camino y estando solos en esta ciudad una de las cosas que priorizaríamos serían las rutinas y que el sueño de nuestros hijos sería sagrado. Tuvimos la suerte de que nos salieron grandes dormilones y a día de hoy puedo decir que a las 9 están en la cama y que duermen del tirón.
Evidentemente cuando llegue el buen tiempo iremos atrasando hora y más ahora que son algo más grandes y uno puede disfrutar de la calle más tiempo y hacer otras actividades.
Como soy rara muy rara os diré que mis hijos nunca han estado de noche en la calle, y de noche me refiero a que nunca hemos salido a dar un paseo más allá de las 9 y que si nos ha pillado una hora tarde y ha anochecido ha sido algo totalmente ocasional. Esto hace que mis hijos en cuanto va oscureciendo empiezan a tirar de nuestro brazo y a decirnos “ya es de noche vamos para casa”
Cuando quisimos darnos cuenta nuestros hijos se habían convertido en dos seres totalmente diurnos que nos preguntaban asombrados “¿vas a salir de noche?” cuando nos veían cargados con la bolsa de la basura dispuestos a sacarla. O cuando salimos a dar un paseo y oscurece y nos invade la noche en medio de la circunvalación mi Princesita asustada dice: “mamá es de noche… ¿a que no pasa nada?”. Y nos ha tocado explicarles que no pasa absolutamente nada por salir de noche, que hay farolas que alumbran para que podamos ver, que hay luces para que los coches vean y los veas…
Estas navidades que cumplieron los tres años y que ya aguantan un poco más para irse a la cama (no mucho la verdad… porque a eso de las 9 van apagándose como la llama de una vela) decidimos sacarles a ver el ambiente navideño. Y después de abrigarnos como si fuéramos de expedición al Polo Norte salimos a ver las luces de las calles, los belenes y el árbol de la plaza mayor.
Al principio en cuanto empezó a oscurecer empezaron a tirar de nuestro brazo para irnos a casa, pero luego empezaron a fijarse en las luces que adornaban la calle y en toda la gente que había por la calle cantando villancicos y demás.
Seguían yendo con total inseguridad y no hacían otra cosa que mirar donde estaba la luna.
Fuimos a dar un paseo por la plaza mayor y estuvimos viendo el árbol de navidad que había en medio de la plaza. Justo coincidió que estaba allí la tuna asique estuvimos un rato escuchándoles cantar mientras Repollete bailaba. Y parece que el tema del cante les gustó y se pusieron a recitar la poesía que se aprendieron para el festival del cole:
“la estrella está brillando
Ya llega la navidad…
Los reyes están llegando
Y nos traen felicidad…
Llegan del lejano Oriente
Para ver al Niño Dios
Le dan un beso en la frente
Y luego les dicen adiós”

Todo esto recitado a gritos en medio de una Plaza Mayor repleta de gente…

A Princesita le asusta la noche, ya de pequeña cuando le asomaba a la ventana se echaba para atrás y solo le anima asomarse para ver la Luna, porque a Repollete y Princesita les fascina la luna y si vamos por la calle van buscándola.
A Repollete le va más convenciendo aquello de que porque sea de noche no pasa nada, pero aún así sigue tirando de nosotros cada vez que va oscureciendo e insiste en que de noche no se sale.
Espero de verdad que dentro de diez años sigan pensando lo mismo: “de noche no se sale”.

El temor a la noche es algo que ha ido surgiendo a la par de otros temores según han empezado el cole, ahora me vienen hablando de brujas y del coco todos preocupados y por ejemplo van encendiendo las luces de la casa cuando antes no lo hacían.
Princesita que hasta ahora era una niña atrevida y valiente empieza a tener sus miedos, y suele buscar el respaldo de Repollete, en cuanto está en territorio hostil se coloca detrás de él, le da la mano y lo manda a él de avanzadilla para que compruebe que todo está en orden.
Y él que en principio parecía más tímido y miedoso va sin miedo y sin vergüenza allá donde sea.

También he notado que empiezan a ser más recelosos con los extraños, lo cual me da cierta tranquilidad, porque mi Princesita antes se iba con cualquiera que le tendiera la mano y en cambio ahora ya no lo hace.

domingo, 19 de enero de 2014

LA INCREIBLE, PERO CIERTA TRANSFORMACIÓN DE PRINCESITA

Ya he contado en otras ocasiones que mi querida Princesita es todo menos una Princesita… hace unos días llegaba a mis manos un nuevo significado de su nombre y está calcado: “extrovertida, dinámica, deportista, activa, independiente”, vamos que si hubiera leído ese significado de su nombre real antes de ponérselo habría tenido una clara definición de quien es mi Princesita.
La cosa es que mi niña siempre ha sido muy despegada, no es de abrazos, ni de besos, ni de arrumacos ni de nada parecido, más bien huye de ello y al único al que le medio consiente ese tipo de privilegios es a su querido Papi y no siempre.
Asique si alguna de vosotras me conociera de mi vida real me vería siempre con mi querido Repollete en plan koala, besuqueándome, o pidiéndome mimitos y mi querida Princesita pues….
Pues no se la verdad, siempre me ha dado la sensación de que algo fallaba en mi relación con Princesita, al principio pensé que quizá nuestros caracteres eran muy diferentes, yo soy muy tranquila y sedentaria y ella todo lo contrario, asique ella buscaba a su padre para que le diera “caña” con su Papi siempre puede correr, saltar, brincar, lanzarla por los aires y mil y una otras cosas. Luego pensé (típico estereotipo) que las niñas son más de sus padres y me daba cierta envidia mirar la cara de devoción que ella ponía ante su padre.
Cuando yo le decía esto a Papimelli él solía decirme que eso mismo pero al revés pasaba conmigo y con Repollete, vamos que si yo estaba en casa mi Repollete ni se acercaba a su padre. Dicen que los niños son más de sus madres, pero yo creo que a él le gusta hacer muchas cosas que sabe que conmigo es más fácil o divertido y sin embargo para otras acude a su padre.
La cosa es que mi Princesita más bien me ignoraba salvo momentos muy puntuales, por ejemplo “mami hazme unas coletas bonitas” o “mami léeme un cuento” fuera de eso poco más.
La cosa empeoró bastante este mes y medio que hemos estado solos en casa sin Papimelli, empecé a darme cuenta de que mi Princesita se estaba transformando en algo así como la niña del exorcista, se pasaba el día llorando por cualquier cosa, rabietas interminables, tirarse en medio de la calle a hacer la croqueta… en fin cosas que soy consciente que hace muchos niños y no solo la mía, pero claro a mi me toca aguantarla a ella…
En este mes y medio sentí como si mi Princesita me culpabilizara de algo, me parecía una adolescente portándose mal con su madre porque le estaba reprochando el divorcio de sus padres… solo que ella no es una adolescente y nuestra separación era pasajera.
Reconozco que en este mes y medio perdí la paciencia de forma diaria, que la chillé y la castigué y que a veces no fui muy objetiva… vamos que quizá el castigo para ella no era igual de proporcional que el castigo para Repollete. Empecé a pensar que quizá mi niña estaba intentando llamar mi atención de alguna manera, que me estaba pidiendo algo y que yo no sabía que narices quería.
Y me sentí la peor de las madres… porque estando sola con los dos era incapaz de dedicarme a ella en exclusiva y descubrir que le pasaba, asique apliqué aquello de “vamos a hablar” y por las noches antes de irnos a la cama hacíamos una Asamblea (como en el cole), simplemente los sentaba en la alfombra del salón y les preguntaba que habían hecho ese día, que cosas les habían gustado y que cosas no y luego hablábamos de Papá. Poníamos un gomet en el calendario cada día que pasaba y contábamos los días para su vuelta.
Así logre que me dijera que echaba de menos a Papá y poco más, asique empezamos a sentarla delante del ordenador para que hablara con su padre por Skype, los primeros días que él no estaba ellos ni se acercaban a mirarlo, pero pensé que sería bueno sentarlos y los ponía delante del PC cinco minutos cada uno, a veces no decían nada y otras le contaban un montón de cosas.
La cosa no cambió mucho la verdad, y reconozco que este mes y medio fue muy duro, pero mi esperanza era que todo volviera a la realidad en cuanto Papimelli regresara justo antes de Navidad. Y ese momento llegó.
El día que fuimos a buscarlo Princesita parecía asustada, y en cuanto lo vieron lo agarraron para ya no soltarlo. Pasamos un fin de semana en que los niños apenas se separaban de su padre, esto me sirvió a mi para vivir cierta tranquilidad, poder ir al baño sola, poder hablar por teléfono sin tener dos niños descolgándose de mis brazos, etc.
De repente a mi querida Princesita se le pasaron las interminables rabietas, el llorar por todo, el desobedecer por norma, el retarme… fue volver su Papá y para ella el mundo volvió a ser territorio afable.
Pero claro su Papi no es un papi consentidor, ni tiene a su niña en palmitas, Papimelli también castiga y Papimelli también riñe, asique mi querida Princesita empieza a mirar a su Papi con cierta curiosidad cuando la riñe…
Y es aquí cuando se ha obrado el cambio… de repente mi niña bonita ha empezado a ser más cariñosa conmigo, a querer estar conmigo, sigue pegada a su padre, pero ya me busca para otras cosas. Sabe que yo también la riño y la castigo, pero también sabe que su mamá suele explicarle las cosas de otra manera.
Creo que ella necesitaba su figura paterna, creo que sabía que algo pasaba y no sabía muy bien como encajarlo… pero una vez que Papimelli volvió de Lejano País recuperé a mi Princesita.
La niña del exorcista desapareció, aunque a veces intenta aparecer tímidamente. Creo que mi Princesita empieza a reclamar su tiempo, sus abrazos y su necesidad de estar con su mamá… ahora rivaliza con Repollete y quiere que yo le ayude con todo…
Disfruto de esos momentos, porque aunque se que las niñas suelen ser más de sus papás me encanta disfrutar de ella y sus ocurrencias… sobretodo cuando me dice “mamá vamos a hablar de cosas de chicas…. ¿nos vamos al futbol?”

martes, 14 de enero de 2014

DECIDIR NO TENER HIJOS

Esta entrada me hubiera gustado que la escribiera mi hermana. Pero debo ser muy mala convenciendo a la gente porque ha pasado de mí y no lo ha hecho. Asique he pensado que estaría bien hablar sobre ello.

Vámonos al principio de los tiempos. Con 17 años me dijeron que no podría ser madre, y me dio igual, bueno quizá me dio algo de rabia que se me negara algo tan natural como ser madre, pero con esa edad y en ese momento ser o no madre no entraba para nada dentro de mis planes. Yo deseaba estudiar, viajar, divertirme y hacer todas esas cosas que uno ve como maravillosas y estupendas con 17 años.
Tiempo después hablando con unos amigos una tarde tomando café salió el tema de los hijos, estábamos con otras dos parejas, una de mis amigas (L) dijo que ella deseaba tener hijos una vez que terminara la carrera, que no deseaba para nada ser una madre mayor y que no imaginaba su vida sin hijos, por el contrario su pareja (M) dijo que él no quería hijos, que quería vivir la vida y divertirse. Cuando escuché los argumentos de ambos pensé que aquella pareja no tenía futuro, no, porque cuando un miembro de la pareja desea tener hijos y el otro no y además uno de ellos quiere casarse y el otro no es que tienen formas de ver la vida muy diferentes y tener un hijo no es cuestión de convencer al otro ni de hacerlo por el otro ni nada parecido.
Aquella pareja tras 8 años de noviazgo rompieron y casualidades o no de la vida ella al año tenía una hija con otro y el al año y poco se casaba con otra.
Quieras o no tener hijos creo que es importante que la persona que tengas al lado quiera exactamente lo mismo. Y si vuestras formas de ver la vida son demasiado diferentes y no hay un punto en común quizá lo mejor es dejarlo mientras sea pronto y antes de que os una una hipoteca, un coche y mil facturas en común.
MI hermana no quiere niños. No le gustan, admite sin pudor que mis hijos le gustan únicamente porque son míos y claramente solo un rato, el caso es que tiene maña con los niños y no se le dan mal, pero no quiere ser madre. Me da mil y un argumentos para no serlo que yo comparto: la vida te cambia, tienes que dejar muchas cosas, la responsabilidad cae casi mayoritariamente en la mujer… además de otras causas como no es el momento por el trabajo, ¿Quién lo cuidará mientras yo trabajo? Y mil y un argumentos.
Yo la entiendo… en su boda una tía de su marido me decía que tenía que convencerla para tener hijos, que yo era la única que podía hacerlo. Agradezco la confianza en mi depositada, pero quizá yo sea una causa más para que ella no desee ser madre. Me mira a mí y ve que en tres años la vida se me ha complicado y mucho, que he perdido mi independencia hasta el punto de tener a mi madre por aquí merodeando para poder hacer lo que sea o descansar, que encontrar trabajo es más difícil…. Pero claro yo tampoco soy un buen ejemplo porque tengo mellizos y estoy lejos de mis padres. Ella contaría con la ayuda de su suegra (cosa que yo no puedo decir) y de mis padres.
Pero ella lo tiene claro no hay que tener hijos porque todo el mundo lo haga, ni porque toca, ni porque se te vaya a pasar el arroz ni nada parecido. Tener hijos debería ser una decisión madura fruto de la reflexión y no de un capricho o de un convencionalismo social.
Ella ha tenido que enfrentarse a todo tipo de comentarios… desde ¿Quién te cuidará cuando seas vieja? Al “que egoísta por no tener hijos”, etc.
Pero el mejor comentario fue hace unas semanas, mi abuela estaba ingresada y fuimos a verla al hospital, su compañera de habitación era otra mujer mayor y un tema llevó a otro y cuando ella dijo que no tenía hijos y no quería la otra mujer le dijo: “pues que triste la vida sin hijos… en toda casa debería haber un niño para dar alegría”.
Y claro mi hermana tuvo que debatirle a aquella señora que un hijo no solo es alegría, tal y como intento hacerle entender muchas veces a mis suegros a un niño hay que educarlo y es mucho más que juerga, risas y diversión.
Para aquella mujer mayor educada en un mundo en que se tenían hijos si o si no cabía la idea de no quererlos. Entonces la hija de aquella mujer nos habló de una amiga de su hija.
Esta chica tenía un problema de fertilidad y tras numerosos tratamientos había sido imposible quedarse embarazada, y la mujer nos contaba que ahora tras un tiempo pasándolo mal esta chica decía que ella era feliz sin hijos porque había descubierto que había otras muchas cosas que podía hacer y que la llenaban.
No dudo que esta chica se adaptaría a la situación, porque la mente humana es muy lista y hace que nos vayamos adaptando, pero imagino que si realmente lo deseaba la pena le quedaría para siempre.
Tengo una amiga, V que siempre dijo que no le gustaban los niños (como a mi) y que no deseaba ser madre, y un día me soltó la bomba “voy a intentar quedarme embarazada” y aquello me sorprendió porque no lo esperaba, pero entendí sus argumentos, su marido si quería y ella poco a poco le había despertado el instinto o las ganas y no quería dejar pasar mucho tiempo y convertirse en abuela en lugar de madre…
Eso es lo malo… que muchas no quieren y de repente una mañana se despiertan queriendo y entonces sus óvulos ya no valen…
Por último tengo a nuestros amigos M y M…. ellos no quieren hijos, de ninguna de las maneras, de hecho a ella la ves incómoda cuando está con niños, no sabe muy bien como comportarse ni que hacer ni que decirles…. Él en cambio es muy niñero, pero no quiere cambiar su forma de vida: ir y venir, viajar, salir de fiesta… quiere mantener la vida de cuando tenía 20 años pero con la independencia de vivir con su pareja y tener dinero. Me pregunto cuanto tiempo podrá mantener esa forma de vida de trabajar e ir de juerga y también me pregunto si algún día serán padres solo porque él ha cambiado de opinión.

Sea lo que sea parece que a la gente le encanta opinar y hablar sobre lo que hacen los demás, si decides ser madre te miran mal a partir del segundo y comentan en tu cara que no repitas si tienes mellizos, poco más que te hacen sentir una coneja.
Si no llega el embarazo te dicen aquello de que "se te va a pasar el arroz" y cosas aún peores sin pararse a pensar que igual no puedes.
Y si no lo buscas poco más que te llaman egoista y mala persona y mil cosas más.
Creo que deberíamos ser más respetuosos con la forma de ver la vida que tienen los demás.
A mi por ejemplo me encantaría que mi hermana decidiera tener un hijo, pero soy realista con ello y le digo lo que conlleva... a mi madre le encantaría que mi hermana se decidiera y confía ilusa de ella en que un día tendrá otro niño.
Creo que mi madre tiene la espinita clavada de un niño en el que vea sus rasgos... adora a mis hijos, pero tal y como dice los ve y ve a mi pareja, pero no a mi aunque cada vez saca más cosas de nosotros en ellos.

Creo que la vida consiste en una búsqueda de la felicidad y cada una la encuentra en lo que quiere, pero todas las opciones son válidas. Yo misma había imaginado mi vida sin hijos muchas veces y no me disgustaba y ahora que los tengo a mi lado no los cambiaría por nada del mundo.

lunes, 13 de enero de 2014

OVODONACIÓN Y "CONVENCER" AL OTRO

Hace un tiempo en el blog hablamos sobre todos aquellos sentimientos que pasan por la cabeza y por el corazón de una persona cuando es su pareja la que tiene el problema de infertilidad. Todo surgió a raíz de un comentario en el blog y de una consulta por privado y la verdad es que el tema me pareció bastante interesante y da para mucho.
En aquel momento fuisteis muchas las que asesorasteis a aquella chica con vuestras opiniones y con vuestras experiencias. Su problema era que su pareja era estéril y que a ella le costaba asumir el no ser madre y no estaba para nada convencida de que él aceptara acudir a un donante.
Debido a una entrada similar un comentario anónimo me preguntaba que hubiera sucedido si en lugar de óvulos hubiéramos necesitado esperma.

A raíz de todo esto se me ocurre dar un giro al asunto: ¿Qué sucede si un miembro de la pareja está convencido de acudir a ovodonación y el otro no?.
La postura es lógica, generalmente a las mujeres nos invade un sentimiento muy fuerte cuando deseamos ser madres, la naturaleza nos empuja hacia algo tan natural y tan femenino como crear vida, y es difícil decirle que no. Para un hombre comprender ese sentimiento es difícil, sobretodo cuando ha visto a su pareja pasar por un montón de tratamientos, la ha visto llorar… ellos abandonan antes y son capaces por lo general de asimilar más pronto una vida sin hijos.
Para una mujer el no poder concebir es como una herida en todo su ego, invaden sentimientos de frustración, sentirse inútiles, ira… y vamos pasando por todas aquella fases de duelo similares a la pérdida de un ser querido. La mayoría de las mujeres llegan a asumirlo y aprenden a vivir con ello que no significa olvidar en ninguno de los casos.
Pero desde los años 80 tenemos la opción de la ovodonación, que nos permite ser madres, no sin antes pasar por toda una serie de cuestionamientos y dilemas morales de todo tipo.
Una parte de las mujeres asumen que ellas serán las madres, diferencian el concepto genético y el aspecto maternal y desean ser madres sin mayor duda. Son conscientes de que el apego surge del trato y que viviendo el embarazo todo se normaliza de una forma rápida. Además muchas de ellas son conscientes de que si falla la ovo su deseo de ser madres les llevará a adoptar.
Lo que una espera cuando lo tiene tan claro es que su pareja también lo tenga y la apoye desde el primer minuto, pero a veces esto no sucede. La pareja piensa que ese hijo o es de los dos o de ninguno o incluso que no van a quererlo igual, esto último es curioso porque están dudando de querer a alguien que lleva sus propios genes y que van a cuidar y con quien compartirán cosas desde el minuto cero.
En casos así lo importante es la comunicación entre la pareja, verbalizar los miedos y llegar a un punto en común.
Hace unos días una seguidora del blog con un problema similar me planteaba si existía alguna asociación o grupo de padres que hayan pasado por eso mismo, con quien compartir sus dudas e inquietudes para poder lograr que su pareja abra su mente a la ovo.
Desconozco si existen en España asociaciones de padres de hijos por ovo, pero si alguien conoce algún grupo similar o forma de ayudar a esta amiga del blog os agradecería que me lo dijerais.
O si alguna de vosotras pasó por eso mismo, que su pareja no quisiera acceder a ovo y quiere ayudarla o compartir su historia o hablar con ella os pondría en contacto para que la ayudarais.
Y si no nos vale vuestra opinión de que hacer…. No intentamos convencer a nadie, ni obligar a nadie sino lograr un punto en común y una aceptación.
Es duro desear algo y que la persona a la que has elegido para recorrer el camino de la vida se niegue o no lo acepte o simplemente no quiera hablar de ellos.
En el foro de ovodonación en el que participo hace tiempo escribió una chica que quería ocultarle a su pareja el hecho de acudir a ovo porque se sentía incapaz de hacer que él se pusiera en el lugar de ella y entendiera su necesidad.
También creo que hay que llegar a un entendimiento y que en el deseo de querer hacerlo está el derecho de negarse a lo mismo.
Aunque yo misma no entiendo muy bien el miedo por parte del hombre a no querer a un hijo fruto de ovodonación… hay que respetar el sentimiento.

Y por último me gustaría haceros una petición, se que sois muchas las que seguís el blog de forma anónima, unas veces comentáis y otras no, y me gustaría que os animarais a mandarme vuestra historia para publicarla en el blog y de esta forma con vuestra experiencia ayudar a otras muchas chicas. Es muy positivo, primero por verbalizar sentimientos que quizá nunca hayáis exteriorizado y segundo porque sirve a muchas otras mujeres para ayudarlas a no sentirse como bichos raros ante la ovo y para ver que algunos sentimientos son más comunes de lo que pensamos.
Por supuesto se mantendrá vuestro anonimato, asique si alguna se anima os dejo mi mail cachorreteycalabacita@gmail.com .


Y aparte de todo esto me gustaría enviar un abrazo enorme a Netzi cuyo blog sigo y que está pasando un momento muy duro, y a su Calvita que fue una niña deseada y esperada… espero de todo corazón que todo salga bien y os mando un gran abrazo virtual.

jueves, 9 de enero de 2014

LA CAJITA NONABOX DE DICIEMBRE

NONABOX Me envió su preciosa cajita hace un montón de días, pero entre el reencuentro familiar con Papimelli y las navidades no he tenido tiempo de sentarme a escribir sobre ello.
Después cuando quise sentarme ocurrió una tragedia, mi móvil murió en manos de Repollete y Princesita asique no había forma de hacerle fotos a la dichosa caja.
Primero tengo que aclarar que soy la única persona en el mundo que no les deja el móvil a mis hijos y que tengo una cruzada para que nadie se lo deje porque considero que no es un juguete, pues bien si hace unos meses se cargaron la cámara de fotos ahora van y se cargan el móvil.

Conclusión en esta entrada no puedo poner fotos de los productos que he recibido y eso hace que me cabree bastante, intentaré que os hagaís una idea.

www.biobaby.com.mx de BioBaby bolsita de pañales biodegradables que favorecen la comodidad de nuestro bebé debido a su gran absorvencia y favorecen el cuidado del planeta.
Estos pañales son de Moltex y los recibí en su momento y no me gustaron, o mejor dicho el culete de Princesita se vió algo resentido, ella misma se tiraba del pañal como si notara alguna diferencia. Para Repollete fueron útiles. Aún así me gusta que una marca apueste por cuidar el planeta lo máximo posible.





www.nicolasito.es es una tienda online donde encontrareís todo tipo de vinilos diseñados en exclusiva para niños. En mi caso es un vinilo de "Bebé a Bordo".



Acercaros por su web porque tiene cosas preciosas. Yo no soy partidaria de poner la típica etiqueta de Bebé a bordo en el coche, de hecho no la tengo puesta y tengo tintadas las lunas traseras para que no se vea nada. Pero en esta web encontrareis todo tipo de vinilos para decorar bien chulos. Este me encnata y le buscaré dar una utilidad.

Cóndor unos preciosos patuquitos para el primer mes de vuestro bebé... los veo en su cajita tan pequeñitos y tan ideales..... de color blanco y muy prácticos...




http://www.denenes.com/ un frasco de colonia de 100 ml. Ideal para llevarlo en la bolsita de los niños. Nosotros usamos esta colonia mucho tiempo, la verdad es que me encanta su olor y el tamaño es práctico para llevarlo de viaje... por ejemplo.




http://www.jamondemaria.com/ este sin duda es el producto que más me llamó la atención de la cajita... imaginar una pequeña cajita en blanco y negro con un lazo y dentro Jamón de Guijuelo, vale... no soy objetiva pero el jamón de guijuelo es el mejor del mundo y así presentado daban ganas de comérselo... y eso hice en nochevieja y estaba por supuesto exquisito.









De www.cloudb.com una preciosa mariquita.... bueno hace tiempo recibí una preciosa oveja, pero la mariquita creerme que es una maravilla, porque además contiene una bolsita que se calienta en el microondas para dar calor. Tiene un tacto suave y unos colores brillantes. Me ha encantado la verdad y a mis hijos también.
Esta marca tiene unos muñecos que son una pasada, pasar por su web porque merece la pena. Sin duda el producto estrella de esta caja.


https://www.alqvimia.com/es/

una preciosa bolsita con letras impresas contiene un pequeño tesoro dos botecitos pequeños.
Uno con aceite corporal para niños y bebés, con una fragancia que recuerda a los cítricos y que favorece la relajación.
El otro botecito es un gel de baño de flores silvestres que protege la piel de nuestro bebé.

Beginning.. un bote de 250 ml de loción corporal que promete suavizar e hidratar mi piel y que provaré en cuanto pueda.
Además una muestra de acondicionador y otra de bálsamo protector para el cambio de pañal.

Beginning... pertenece a la marca Maclaren y no la conocía la verdad.


La cajita de este mes me ha gustado, más que la del mes anterior que me pareció algo floja, todos los productos me han parecido interesantes.
Os pido disculpas por el tema fotos, las que he puesto las he extraido de internet para que os hagaís una idea.
Ya sabeis que yo recibo la caja genérica para bloggers y por eso recibo un poco de todo.
El peluche de Cloud B y el Jamón de Guijuelo me han dejado enamorada y el resto de productos son útiles.

Por cierto quiero dejaros este enlace de la campaña NAVIDAR donde se ve las caras de ilusión de todas aquellas familias necesitadas que recibieron su cajita como fruto de esa campaña. Ver las caras de esos niños al ver el contenido de las cajas que muchas de vosotras elaborasteís para que fueran entregadas a fundaciones y asociaciones para los más necesitados.

martes, 7 de enero de 2014

OVODONACIÓN: ¿Qué heredan los hijos de sus padres?

Cuando va a nacer un niño en una familia tendemos a fantasear con hechos como si heredará la sonrisa de la madre, los ojos del padre, etc habitualmente pensamos que tanto los rasgos físicos como los rasgos de personalidad son heredados directamente de los padres.

Existen una serie de características que heredamos de nuestros progenitores y de nuestros abuelos, tatarabuelos, etc a estas características se les denomina "características hereditarias" y están almacenadas en nuestros cromosomas. Dentro de estos cromosomas están los genes y cada gen determina una caracterítica como nuestro color de ojos, nuestra altura, nuestro color de pelo etc.

Un ser humano tiene la mitad de los genes de su padre y la mitad de su madre, existen los llamados genes domintantes si por ejemplo la madre es rubia y el padre es moreno ese futuro hijo recibirá dos genes con información contraria y si el niño sale moreno significa que ese gen dominante es el que determina el rasgo. El gen del pelo color claro sería recesivo y para que apareciera tendría que darse que se empareja con otro gen recesivo.
Es decir ese niño hereda de su madre el gen recesivo rubio, en el futuro se une a una mujer con un gen recesivo también rubio (aunque ella fuera morena) el niño podría salir rubio si ese gen se manifestara.
De esta misma forma también se heredarían las características de nuestro pelo por ejemplo si es rizado, o la forma de la nariz, o si somos altos o bajos. Por eso aveces surgen ojos claros de padres con ojos oscuros o niños pelirrojos donde no había, o hijos muy rubios con padres bien morenos.

También existirían características de la persona que no son por la dominancia de un gen u otro sino por la interacción de varios genes. Sería el caso de tener un color de piel más claro o de tener una complexión física delgadita.

Una de las cosas que más preocupa a las futuras madres por ovodonación es el hecho de heredar determinadas enfermedades, los expertos dicen que no existen enfermedades puramente genéticas ni puramente ambientales. Exceptuando aquellas enfermedades genéticas que se dan por la mutación de un gen y que se transmiten a los hijos.
Esas enfermedades son detectadas en las donantes con las pruebas que se les hacen.
Nuestros genes si que nos pueden predisponer a padecer determinadas enfermedades o por el contrario a estar más inmunizados o responder mejor a las mismas.

¿Heredamos nuestra forma de ser? aveces tendemos a pensar que tenemos un carácter fuerte como nuestro padre o que somos tímidos como nuestra madre, los genetistas dicen que la herencia no tiene todas las respuestas acerca de esta pregunta, podemos estar más predispuestos a ser buenos en deporte, el ambiente en el que nos criamos puede favorecer que nos guste o que lo practiquemos, es decir el ambiente que nos rodea incide en nuestros genes y en nuestra conducta.
También suele asustarle a muchas futuras madres por ovo el hecho de la inteligencia de un niño en función de que nivel intelectual tenía la donante, por mucho que esté predispuesto un niño a una gran inteligencia no vale de nada si no se le estimula convenientemente (importancia del ambiente) al igual que una persona con unos genes que le predisponen a tener una inteligencia menor puede evolucionar mejor con esfuerzo y estimulación conveniente.


Por tanto la genética es una lotería, y los parecidos son totalmente subjetivos, el otro día mi suegra le dijo a mi madre que Princesita era clavada a mi madre, que fué lo que ella pensó al verla por primera vez.
MI madre que sabe lo de la ovo no podía evitar la sonrisa sobretodo porque es claramente evidente para el 99.9% de la gente que Papimelli y Princesita son clones.
Mi madre dice que habría que ver que parecidos sacaba ella si desconociera lo de la ovodonación, y ambas estamos de acuerdo en que mis hijos no desentonan para nada conmigo.
Color de piel claro (exageradamente claro), color de pelo clarito igualito a cuando yo era pequeña, lo parlanchines que son.... los caracteres extrovertidos. Todas las vecinas de mi barrio le dicen a mi madre que Princesita es clavada a mi hermana cuando era pequeña.
Por tanto teniendo en cuenta que cada uno piensa lo que le da la gana respecto a los parecidos ninguna receptora de ovo debería preocuparse por ese aspecto.
A la donante se le hacen estudios genéticos y por tanto se pueden garantizar la no existencia de determiandas enfermedades que suele ser lo que habitualmente preocupa a la receptora y en cambio al padre de la criatura no. Con lo cuál estoy diciendo que igual posibles problemas puedan venir por la carga masculina y no por la femenina y debemos empezar por no demonizar a la pobre receptora.

La búsqueda principal en google que lleva a mi blog es precisamente esa "se parecerán mis hijos de ovo a mi".
Respuesta: se parecerán a quien tengan que parecerse, quizá saquen rasgos que creas vienen de la donante y en realidad vengan del padre.
En vosotras está el no traumatizaros con esas cosas, somos genética, pero la mayoría de lo que somos lo modifica el ambiente y las experiencias y tampoco hay que darle más vueltas que las justas.
La genética puñetera quiso que yo heredara los ojos de mi padre y de mi abuelo y la horrible nariz de mi madre, la tendencia a engordar de mi familia paterna, los problemas de vista de mi abuelo, problemas de huesos de mi familia materna y que se yo que más cosas.
Esa misma genética puñetera quiso que mi hija sea una cotorra parlanchina, extrovertida y observadora igualita que yo cuando era pequeña (la familia de Papimelli son todos cerrados y callados), que tenga una piel blanca y delicada como la mía, la de mi hermana y la de mi abuela. Que tenga los ojos color miel como mi hermana y mi madre, que tenga el pelito castaño muy clarito como mi hermana cuando era pequeña. Es un clon de su padre pero asombrosamente tiene cosas que me recuerdan a mi y a mi hermana cuando éramos pequeñas.

Los parecidos no deberían ser la razón para no acudir a una ovo, aunque es lógico preocuparse por ellos, también es lógico preocuparse por temas de salud de la donante, pero entonces me pregunto ¿cuantas embarazadas con óvulos propios se hacen estudios genéticos y psicológicos completos antes de ser madres?

















viernes, 3 de enero de 2014

EMBARAZO Y MIEDOS

He hablado sobre esto varias veces en el blog... y sin embargo la semana pasada leí varias entradas sobre el tema que me hicieron pensar nuevamente en ello.

Mi tratamiento de fertilidad podríamos decir que fué un poco "vamos a ver que pasa", en mi mente no cabía la negatividad, pero intentaba ser objetiva pensando que no es tan fácil lograrlo a la primera.
Cuando vi aquella beta tan alta supuse que todo no podía ser tan fácil y que tenía 9 meses por delante en los que podía pasar absolutamente de todo.
Luego me dijeron que eran dos, pero que no me ilusionara almenos de momento porque podían pasar muchas cosas y estuve hasta la siguiente ecografía pensando que posiblemente algo pasaría y uno de los dos se pararía o quizá los dos. Asique me mantuve a la espectativa de ver que pasaba.
Después me dijeron que serían dos y que todo iba bien... respiré profundo y me alegré por ello aunque me costaba creer que todo fuera tan fácil.

Al saber que eran dos pensé que me pondría descomunal, que engordaría una barbaridad y que tendrían que estar de reposo y demás historias, mi propio primo que es matrona me dijo que quizá se adelantaran y demás cosas (siempre animando). Pero yo no quise pensar en ello. En todo momento fijé como pensamiento positivo en mi mente que aguantaría hasta la semana 37.
Me cuidé durante el embarazo, comía sano porque realmente me apetecía, caminaba todos los días y misteriosamente engordaba poco, muy poco, de hecho la tripa empezó a aparecer a los cinco meses largosssss y al final de mi embarazo solo engordé 13 kilos.
Asique no se cumplió para nada aquel miedo irracional a ponerme como una ballena.
Hidraté la piel todos los días desde que supe que estaba embarazada, y la genética y el cuidarme hizo que no apareciera ni una sola estría en mi piel.
Al mes de tener a mis hijos entraba perfectamente en mi ropa de antes, incluidos vaqueros ceñidos... y mi pecho se mantuvo perfecto (cosa que realmente me preocupaba)

Como vivo en una ciudad diferente a la que soy aquí prácticamente nadie de mi entorno sabía que esperaba mellizos... asique no tuve que soportar ningún tipo de comentario con respecto a lo que me esperaba. Yo misma era consciente de que no sería fácil una vez nacieran asique desde el primer momento evité pensamientos negativos anteponiéndome a lo que me esperaba. Cuando llegara el momento iríamos afrontando las cosas de una en una.
Durante el embarazo si que hablamos de la importancia de organizarse y sobretodo de lo realmente importante que era mantener nuestra parcela de intimidad como pareja.
Una vez que nacieron los niños fué muy difícil sobretodo el primer año por estar aquí solos, pero aprovechábamos cualquier visita de mi madre o de mi hermana para descansar y para desconectar o simplemente para salir a dar un paseo.
No me dejé transformar en una maruja, seguí cuidándome una vez que fuí madre, vamos que yo sería madre de mellizos y sin ayuda, pero mis raíces iban religiosamente teñidas y yo seguía disfrutando de tiempo para cosas tan vitales como depilarme o usar mil potingues tras salir de la ducha.

Mi embarazo fué estupendo, tan solo una semana con naúseas y algún vómito, pero solo eso una semana... el resto del tiempo no me parecía estar embarazada y fué precisamente esa ausencia de síntomas y esa barriga "desaparecida" la que me hacía pensar que algo no iba bien. Embarazadas de mi entorno no paraban de quejarse y yo embarazada de mellizos estaba estupenda y maravillosa. Tanto que aveces me costaba asumir que tenía que descansar más por ejemplo.

Durante todo el embarazo la gente me miraba con estupor cuando decía que yo quería parir, y se que por estadísticas los embarazos gemelares terminan en cesárea, pero yo quería vivir la experiencia de un parto vaginal... era consciente de que no sería posible casi de fijo, pero yo mantenía esa ilusión. Llegado el momento fué una cesárea debido al CIR (crecimiento Intrauterino retardado) de Repollete y eso hizo que me sintiera un poco mál o un poco menos madre o que se yo...
Sobretodo porque no me los enseñaron y porque nadie me dijo nada de como estaban y porque no pude verlos hasta 18 horas después... y eso hizo que pensara que algo terrible sucedía y que no me lo querían contar.
Tener una cesárea no es algo horrible, aunque posiblemente no todas las que se hagan sean necesarias. Yo me recuperé muy bien, de hecho no tomé calmantes ni nada mientras estuve ingresada ni una vez en casa. No me molestaba la cicatriz ni me dolía y si hubiera sido lo contrario me hubiera tocado aguantarme porque tenía dos bebés prematuros a los que tenía que ir a dar de comer o sacarme leche, o hablar con los médicos o que se yo...

Otro miedo era aquello de que nacieran prematuros... en realidad yo confiaba en aguantar hasta las 37.... hasta que un ginecólogo me dijo que dada mi enfermedad podía suceder que mi útero fuera infantil y no aguantara lo suficiente y que se pudiera adelantar y que debíamos estar preparados. Y entonces el hombrito me prohibió las mejores cosas del mundo: nada de café ni bebidas excitantes, nada de sexo y nada de enfadarte ni sobresaltarte...
Yo quise ignorar las recomendaciones del pobre ginecólogo pero Papimelli desde ese momento se empeñó en que mi vida fuera mucho más tranquila... no hice reposo ni nada parecido, simplemente a partir de las semana 30 me tomé todo con más tranquilidad.
Mis hijos nacieron en la semana 35, debido al CIR de Repollete, pesaron menos de dos kilos.
Cuando tienes un hijo o dos prematuros te da por pensar en que tarde o temprano aparecerán secuelas de aquello y sin embargo no ha sido así, mis hijos han ido cubriendo etapas como cualquier otro niño y ahora mismo Princesita está por ejemplo muy por encima de la media en altura, pero en cambio muy por debajo del peso que debería. Conclusión: no obsesionarse con secuelas que probablemente no aparezcan y no preocuparse por los problemas antes de que surjan.

Cuando estaba embarazada pensaba que no estaba preocupada u obsesionada por nada y sin embargo cada ecografía o cada prueba a la que acudía era respirar aliviada, iba a las ecografías de alto riesgo temblando y salía con una sonrisa feliz.
Es inútil preocuparse porque las cosas pasarán si tienen que pasar, y una vez que los tienes en brazos aparecen nuevas comeduras de cabeza acerca de las mil y un cosas que pueden pasar.
Durante mi embarazo dejé plantadas con la palabra en la boca a varias personas que intentaron contarme su drama embarazo y drama parto.
Cada una somos un mundo y cada una vivimos las cosas de forma diferente y por eso no hay que insistir en asustar a las pobres embarazadas.

jueves, 2 de enero de 2014

UNA EMBARAZADA, UN JAMÓN Y EL MEJOR REGALO DEL MUNDO

Para comenzar esta historia tenemos que remontarnos a 2010... por aquel entonces yo era una embarazada redondita que no podía comer jamón... y que se obsesionó con el jamón...

Enero de 2014 veo un anuncio en la tele, comienza diciendo que un porcentaje muy alto de mujeres lo que más añoran durante su embarazo es el jamón.
Continúa el anuncio mostrando una serie de embarazadas que entran a parir al hospital y que luego miran embobadas a sus retoños, los pesan y se les da el peso del niño en jamón. Evidentemente el anuncio es de jamón y de una marca conocida... y me hizo gracia cuando lo vi, porque me acordé de mi misma hace tres años.

Basta que a una le digan que no puede comer jamón para que le entren unas ganas locas de comer jamón o embutido... supongo que si nos dijeran que no podemos comer acelgas nos pasaría lo mismo ¿o tal vez no?, no lo se... pero pasé los últimos meses de embarazo soñando con comerlo en versión bocata enorme con su tomatito, su pan tostadito y aceite...

M. es un amigo nuestro de los de toda la vida, trabaja en una fábrica de jamones aquí cerquita, en un pueblo que vive de los jamones y claro para M. los jamones son su vida, como ingeniero agroalimentario me explicaba si realmente existe o no peligro en comer el embutido y la posibilidad de congelarlo y luego comerlo y que se yo... M no entendía que mi sueño era zamparme un bocata de jamón o chorizo o algo parecido.

En 2010 nacieron mis hijos, prematuros y me los entregaron en 2011 (18 días después de nacer), ellos fueron mi mejor regalo ya que me los pude llevar a casa el día 6 de enero. Repollete tuvo el placer de conocer a los reyes magos en neonatos, incluso le hicieron un regalo...
Pero sin duda ese año hubo un segundo mejor regalo.... justo el día de año nuevo M y su mujer M vinieron a vernos para felicitarnos el año y preguntar por los peques... y nuestro querido amigo me traía un pedazo jamón de bellota para alegrarme la vida...
ni os cuento la alegría que me llevé...

Por eso ayer viendo el anuncio de jamón en que a cada embarazada le entregaban el peso de sus niños en jamón y que además decía que cada niño viene con un pan debajo del brazo tuve que reirme...
Porque aunque sea una mentira de las gordas que los niños vienen con un pan debajo del brazo si que vienen a dar alegría a sus padres y familiares y a llenar sus vidas.

Para mi el detalle de traerme ese jamón como regalo después de saber las ganas que tenía de comerlo fué algo muy bonito, porque aveces regalamos por regalar, compramos cosas sin pensar en quien las recibe, nos vemos obligados a hacerle un regalito a alguien que acaba de tener un niño sin pararnos a pensar ¿que necesita? ¿que quiere? ¿cual sería la cosa que más ilusión le haría?

A mi en ese momento en que mis niños estaban en neonatos y en que yo dejaba de ser lo más importante para serlo ellos me encantó que alguien cumpliera uno de mis pequeños caprichitos regalándome aquel pedazo jamón.

Aveces la felicidad se consigue con pequeñas cosas y aveces solo las personas que realmente te conocen saben como sorprenderte... igual una caja de bombones hubiera surtido el mismo efecto... pero no... porque yo me había pasado el último trimestre de mi embarazo soñando con jamón y no con bombones.